Promover una cultura de paz entre adolescentes en condiciones de desventaja en Jerusalén Este
Palestina cuenta con uno de los índices más altos de problemas de salud mental y trastornos psicológicos de la Región del Mediterráneo Oriental, donde el 47% de sus niñas (de 6 a 12 años) presentan trastornos emocionales y/o conductuales, resultado de una guerra prolongada y una sociedad que les niega oportunidades por el mero hecho de ser mujeres, situación tremendamente agravada por el impacto de la COVID-19.
En este contexto, 194 niñas procedentes de las familias árabes y cristianas más vulnerables de Jerusalén Este, han recibido apoyo psicosocial no clínico a través de la creación de un entorno protector para la infancia con interacción de apoyo en el aula, oferta de actividades extraescolares creativas y de preparación para la vida y asistencia individual/asesoramiento especifico en casos más problemáticos.
En el marco de la intervención, se puso en marcha un programa psicosocial con la participación de profesorado experto en artes, danza y música. Las actividades financiadas por Mondo Unito contribuyeron a enriquecer no solo la calidad del entorno de aprendizaje garantizado el suministro de herramientas y recursos didácticos esenciales para el bienestar psicológico de las niñas, sino también les dio un espacio en el que sentirse seguras y libres de jugar y ser ellas mismas, promoviendo su resiliencia y fomentando relaciones saludables entre culturas.
Como parte de la evaluación interna realizada, el 100% de las estudiantes y sus madres valoraron como muy positivo el impacto de estas actividades en su vida diaria. “Ahora me siento más valorada”, “mi autoestima ha mejorado” o “me siento más integrada en la escuela” fueron de las respuestas más comunes obtenidas cuando se les preguntó a las niñas.
Gracias a intervenciones como estas en el Colegio de Nuestra Señora del Pilar, se crean las bases para que las niñas más frágiles y procedentes algunas de ellas de contextos familiares desestructurados, puedan realizarse como personas y como mujeres, garantizando un futuro digno para ellas y abriendo las nuevas generaciones a un diálogo que se centra en el individuo, más allá de la cultura o la religión.